Que debíamos ser felices por el hecho de "ser". Que moriría si no pudiese sentir frío o dolor... Que está bien perder autobuses porque, como todo en la vida, va a venir otro. O que pasa lleno porque así se que no estoy sola. Que me gusta que mamá me regaña porque eso me hace alegrarme por no estar huérfana. Que el sol puede darnos en la cara, que los días pueden ser preciosos y el cielo azul, muy azul y podemos mirarlo desde cualquier punto de la ciudad y será el mismo. Que hay que agradecer al teléfono móvil porque estamos cerca sin verte; puedo ser princesa estando sola en casa. Que vamos a sonreír porque el viento nos da fuerte en la cara. El mismo viento para todos; las mismas estelas de los aviones. Los abrazos. Las miradas porque podemos mirar; las sonrisas. Poder beber cerveza porque tenemos bien todos los órganos (por ahora). Y hacer planes para mañana porque sabemos que mañana existe y que todo va a ir bien. Que deberíamos pensar que vamos a morir cada noche y que, cada día, por la mañana, pensemos que es un milagro que sigamos vivos. Que cada día sea un milagro. Que podemos llorar con canciones porque podemos escucharlas... Que podemos escaparnos a cualquier otra parte porque podemos salir corriendo. Asi que ahora, vuelve a casa o sal de ella y sonríe, porque dentro te están esperando. Porque debajo de la cama hay mucho más que pelusas, porque en cada palabra hay historias y en cada recuerdo está nuestra vida porque podemos recordar. Porque si sales vamos a recorrer los mismos caminos una y otra vez, con la conversación que más te guste, con todos los abrazos necesarios. Y somos recuerdos, al fin y al cabo. Somos decisiones que no hemos tomado nunca por miedo. Somos miedos. Y la vida es un juego y nos lo enseñan desde pequeños cuando hay que comerse la sopa y la cuchara es un avión, cuando hay que recoger los juguetes o hacer los deberes. Lo sabemos desde que somos pequeños y nos damos cuenta un minuto antes de morir. Por eso digo, que deberíamos morir cada noche y revivir cada mañana... Que pensar que cada día es el último...