martes, 2 de marzo de 2010


Elena,

Hasta aquel entonces yo era Sarah. Sarah llevaba siempre su pelo rubio suelto y largo, ondulado y perfectamente peinado. Hacía juego con sus labios rosados, su cara blanca, sus enormes ojos marrones y tenues ojeras. Era caprichosa y se preocupaba excesivamente. Le gustaban los chicos mayores que ella y buscaba constantemente razones para entender por qué no los conseguía. Le encantaba mirar por la ventana de noche y las luces de las farolas que se colaban por las rendijas de la persiana. Sarah no confiaba en nadie (excepto en su hermana) y era una mezcla incoherente de sentimientos que nunca habían salido a la luz. Pero ya Sarah no existe.

Ahora existe Zazie. Y Zazie usa esmalte azul de uñas y le gusta que la gente piense que está loca porque todos la quieren o la odian, pero a nadie le resulta indiferente y, sin embargo, para ella, la mayoría del mundo es indiferente. Ahora le gusta ser la chica de los te quieros repentinos porque ya ni siquiera los dice. Lleva el pelo suelto aún y la raya en medio. Los ojos han dejado de tener el aspecto triste de antes porque están contorneados por una raya negra perfecta. Además, siempre usa gloss. Por eso, ya se quedó atrás el aspecto de niña débil e indefensa, porque Zazie es fuerte. Y Zazie lleva vestidos ceñidos y zapatos planos porque los tacones duelen y la moda le da miedo. Sí, así es Zazie. O quizás debería decir: así soy yo.

1 comentario:

  1. Exceptuando lo de los tacones, exceptuando la raya en medio y añadiendo ciertos cambios en el color del pelo, Zazie también soy yo. Por cierto, llevo hoy las uñas azules.

    Por extravagancias que no quede, no?

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