sábado, 13 de noviembre de 2010

Cuando muere alguien, nos duele. Cuando es alguien joven, nos duele más.
¿Por qué? Porque nos gusta la vida y nos gusta que los demás puedan vivirla.
Pero ¿y si supieseis que vuestra vida puede acabar mañana?
Nacer sabiendo que vas a morir.
¿Cómo mira una madre a un hijo que va a ver morir?
¿Cómo te enamoras sabiendo que puede que esta noche sea el último beso?

Pero son así los héroes. Y todos podemos ser héroes. Luchar por cumplir un sueño y morir poco después de cumplirlo. Sí, se puede. Se puede cuando crees en la gente. Cuando la gente cree en ti. La clave está en creer, en gritar, cantar, saltar y poder volar si quieres volar.

Yo lo vi volar por encima de todos, gritar, saltar, cantar. Él creyó en sí mismo. Y yo creí en él. Yo y el 80% de las personas que ese día estaban delante de la televisión. Los mismos o menos de los que lloraron tres años después cuando volvió a salir en la televisión. O yo, que me recuerdo cada día que tengo que ser fuerte porque él lo fue.

Cree.

Yo creo. Da igual en qué. Pero creer nos mantiene vivos.

Y, por ahora, lo estamos.




1 comentario: